Jacques Derrida y Anne Dufourmantelle, La hospitalidad
Así pues, es precisamente el dueño de casa, el que invita, el ANFITRIÓN que
invita el que se vuelve rehén —quien en verdad lo habrá sido siempre. Y el huésped,
el rehén invitado (guest), deviene el
que invita, el dueño de casa del anfitrión. El huésped (guest) deviene el anfitrión (host)
del anfitrión (host).
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